Serrat
Hoy te saludo Serrat,
mago de las mil canciones,
contigo aprendí a soñar
embargado de emociones.
Me llevaste a la mar
allá en el mediterráneo
y a una fiesta de pan
a orillas de un pueblo blanco.
A vagabundear me fui contigo
entre mil pequeñas cosas
persiguiendo mariposas,
bebiendo un poco de vino.
Me alumbraste el destino;
tu nombre me sabe a yerba,
y escondido entre las piedras
escucho tu voz, de amigo.
Son tus palabras de amor
amenas, sencillas y tiernas
que se agarran como hiedras
con el polvo del camino.
Elevaste tus cantares
como todo un buen poeta
tras un vuelo de gaviotas
y un puñado de saetas.
Titiritero de ilusiones,
conversabas con el viento,
por eso esto que siento,
te lo digo con sentido,
tu poesía estará conmigo
hasta el final del tiempo.
Y grito a los cuatro vientos:
¡Serratiano me confieso!
¡Por mi madre, eres poeta
de todo un pueblo - universo!
mago de las mil canciones,
contigo aprendí a soñar
embargado de emociones.
Me llevaste a la mar
allá en el mediterráneo
y a una fiesta de pan
a orillas de un pueblo blanco.
A vagabundear me fui contigo
entre mil pequeñas cosas
persiguiendo mariposas,
bebiendo un poco de vino.
Me alumbraste el destino;
tu nombre me sabe a yerba,
y escondido entre las piedras
escucho tu voz, de amigo.
Son tus palabras de amor
amenas, sencillas y tiernas
que se agarran como hiedras
con el polvo del camino.
Elevaste tus cantares
como todo un buen poeta
tras un vuelo de gaviotas
y un puñado de saetas.
Titiritero de ilusiones,
conversabas con el viento,
por eso esto que siento,
te lo digo con sentido,
tu poesía estará conmigo
hasta el final del tiempo.
Y grito a los cuatro vientos:
¡Serratiano me confieso!
¡Por mi madre, eres poeta
de todo un pueblo - universo!
Te dedica este humilde verso, un servidor, Héctor Luis RiveroLópez
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