La boca




Boca poblada de bocas:
pájaro lleno de pájaros.
M. Hernández

Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios.

Salmo 141.3

Dios mío, si pudiera controlar mi boca sería eternamente feliz.

Por la boca entra el virus y la obsesión; enfermedades tanto físicas como mentales y espirituales que nos estorban el pensamiento.

En ella está la lengua oculta tras los dientes blancos como sepulcros, agazapada esperando a su presa como la serpiente. Si una hoja de maya hinca cuando se le toca la punta, más hinca una lengua larga cuando con otra se junta, dice el sabio campesino.

Hay que saber callar. Nada como el silencio sapiente.

Cualquier cosa que usted diga será usada en su contra.

Hable a tiempo o no hable nada.

Si alguien tiene algo que decir que lo diga ahora o calle para siempre.

Por la boca muere el pez. Cómetelo todo. Muchacho controla tu boca.

No es lo que entra sino lo que sale.

Bocón.

Chota.

Goloso.

¿Es el egoísmo la raíz de todos los males?

¿Es el amor a la riqueza la raíz de todos lo males?

No. Es la boca.

O mejor dicho: el no saber controlar la boca tanto para comer como para hablar. De los cinco sentidos es el que más peca, pues peca de calumnia y de glotonería; peca de mentir, de juzgar, de chismear y de robar besos prohibidos, y hasta de lujuria. Es la puerta de la gula y de la lujuria.

Chismosa.

Insultadora.

Arma de doble filo.

En la boca del lobo te vas a ver.

Toma, alza tu copa, llévala a tu boca y brindemos por el adiós.

Boca azucarada.

Boca rosa y mermelada.

Cállate.

Héctor Rivero López ©octubre 2007

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