NO MORIMOS, NOS MATAN LENTAMENTE
No morimos, nos matan de manera lenta y nos desangran sin darnos cuenta;
hacen la fruta más grande, pero hueca en nutrición para envenenarnos poco a poco.
En estos días operan a la ligera, y, si el seguro no paga bien, que se muera el paciente.
Nuestra sangre corre a cuenta gotas, por causa de guerras que dicen ser dignas y patrióticas.
La gran industria nos ha esclavizado hasta más no poder y la propaganda subliminal de la televisión hipnotizadora, con el consumismo, ha demostrado que si no eres económicamente útil no eres nadie.
Nos mata la ansiedad y el afán por hacernos ricos de manera fácil; el desenfreno del cuerpo en busca de placeres, el exceso de conocimientos para lograr un título; el negocio bajo la mesa y los valores a un lado; agonizamos ante los científicos puestos al servicio de la guerra para masacrar inocentes; la fe en la comodidad sin sacrificar nada y los políticos de oficio con sus mentiras solapadas.
Sin darnos cuenta, insistimos en matamos a nosotros mismos con esta condenada prisa por vivir tan desbocados…
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