Bendito el hombre

Bendito el hombre a quien Obama no llama;
bendito si Benedicto no lo bendice, y
mucho más bendito si la crítica no lo maldice.
Un lugar y un paisaje están en sus ojos
y la gente para él es gente donde quiera,
no importan su cultura y vestimenta.
¿Para qué y por qué partir?
Tal vez por fortuna, tal vez por amor...
Cerrar los ojos y luego volver...

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