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TODO UN POEMA

TODO UN POEMA
Llevo mi viejo coche azul al garaje. Felipe, el mecánico, con sus chancletas mete-dedos, uñas sucias y un sempiterno cigarrillo en la boca, se come las galletas con queso y café. Luego se zambulle debajo del carro mientras silba una vieja canción.
De pronto el ronco ruido se oye exitoso: RATATATAN…
Sus abrazos engrasados bailan en el aire, recobra el cigarrillo, y con una enorme sonrisa de oreja a oreja me dice: -Dígame usted, compadre, usted que es todo un poeta, ¿acaso no es esto también poesía?
HÉCTOR RIVERO

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Poema a una mujer hermosa

Hermosa  mujer, si aceptaras ser mi amor tendrías cada día mi mirada, mil y una caricias de noche y mi presencia sería tu almohada. Siempre estarán contigo mi tacto, mi alegría, mis abrazos, mis palabras, mis besos y mi sexo. Mi romance solo serías tú, y te haré sentir diosa,  llevarte a las estrellas; serías mujer, no un cuerpo; un corazón, un sentimiento; te admiraré todos los días y te conquistaría en cada momento hasta la profundo. Serías mi todo, mi mundo, no un mero rostro; mi misterio no resuelto, mi universo. Te llenaría de sonrisas el vientre y tendrías todo mi afecto, mi respeto, mi dulzura, y todo mi amor por siempre, con anverso y sin reverso… Mas si de tus labios solo fluye silencio y al mirarme en tus ojos no me hayo eso no importa, me iré contento pues  como quiera yo te amo...

CON MIS CINCO SENTIDOS Y MÁS

que delicia ver y verme en tus ojos y si me los arráncasen que hermoso escuchar la música de tu voz y si sordo me quedara que maravilla poder besar tus labios y si no pudiera  que sensacional poder tocar tu piel y si me lo prohíbieras que rico oler tu aroma y si de nada pudiera qué divino imaginarte y poderte amar mujer

Necesito una mujer

QUIERO una  mujer que me goce, necesito una mujer que me devore, que se coma mi corazón a pedacitos y luego los escupa lentamente entre las flores; como si fueran  semillitas de granada; que me trague la esencia y me lleve al éxtasis; y que  de mi haga lo que se le antoje cuando estemos en la cama; que me arañe la espalda y me muerda la boca… que con mi piel y mi sangre amase el pan de mi amor migaja  a migaja  y gota a gota... Solo  entonces podré al fin volar...