Canto y celebro mi dolor y mis tropiezos porque con ellos he crecido. A la muerte de la semilla porque de ella surge la vida, y al ahora donde navega mi eternidad. Canto a la hierba cuando me orino en ella con los pies descalzos, y al mirar al cielo soy feliz. Soy lo que no se ve, hijo de Dios como todos. Vengo de mis efluvios, para celebrar la igualdad y la diversidad, porque son el sentido de mi propia conciencia. Soy un loco que roba besos a la luna, devorador de tortas con mucha crema; ladrón de amores; dormilón a pata suelta que vive en un poema; un pacificador en busca del reino. Levadura de mi propio pan, chispa de luz, pura energía. Fruto auténtico de una raza taína, en mi piel anidan los pájaros del sueño y es mi realidad de hoy mi fantasía de ayer. Soy un hueco que solo se llena de amor y lo festejo, así como la tierra festeja el sol que la calienta; eterno aprendiz de anciano que caza polvo de astros infinitos. Soy un verso al viento que busca un corazón donde anidar y dejar...